Me he dado cuenta, que antes, cuando pasé por esa mala época de desamor (una época bastante larga) me resultaba muy fácil escribir lo que sentía. Me costaba poco encontrar las palabras para desahogarme y describir el dolor.
Hoy que no estoy ni triste ni especialmente feliz, no encuentro temas. No se de que hablar. Siento el alma vacía de sentimientos.
Volví al blog hace unas semanas, después de meditarlo durante otras varias semanas porque sentía que necesitaba hablar de mis asuntos, porque me sentía sola o mejor dicho, me cuesta mucho hablar de sentimientos personales con mis amistades. Con unos porque me "regañan", lo que yo ya sé. No les cuento mis preocupaciones para eso, sino solamente para ser escuchada, comprendida y si es posible aconsejada. Y con otras porque ellas siempre tienen algo que contar que es peor que lo mío... Al final, poco a poco he ido dejando de contarles.
Y ahora que ya he aprendido a no hablar de mi, todos piensan que no tengo problemas ni calentamientos de cabeza. Piensan que como no cuento, es porque soy feliz. Y no lo soy. Vivo tranquila, sin altibajos, eso si que es cierto. Pero feliz? No, no me siento feliz...